¿Qué es la agricultura biodinámica? Aquí te explicamos su importancia
La agricultura biodinámica tiene su origen en el año 1924, cuando un grupo de agricultores europeos evidencia con preocupación el deterioro en la calidad de sus cultivos, suelo y alimentos por el uso de fertilizantes químicos de origen mineral, como el nitrógeno.
Entonces, solicitan ayuda a Rudolf Steiner, filósofo austríaco, para resolver el problema. Steiner responde a esta petición con una serie de enseñanzas sobre agricultura, basados en el estudio de distintas prácticas ancestrales de variadas regiones del mundo. Este es el inicio de la agricultura biodinámica.
¿Qué es la agricultura biodinámica?
Este tipo de agricultura considera los cultivos como sistemas vivos donde suelos, plantas y animales se relacionan en equilibrio. Sin embargo, este equilibrio es dinámico y debe reestablecerse continuamente en cada ciclo. De ahí su nombre: bio= vida, dinámica=movimiento.
Para ello, se emplean diversas prácticas naturales, como es el caso de distintas especies animales que ayudan a recuperar la riqueza de los suelos. Por ejemplo, en invierno y posterior al ciclo de poda se utilizan ovejas para controlar el crecimiento excesivo de hierbas y malezas, lo que permite que el suelo se oxigene gracias a la acción de las pezuñas del animal y, lo más importante, fertilizar el suelo gracias al estiércol de los mismos.
Hay dos aspectos centrales en este tipo de agricultura: el uso de preparados vegetales y minerales para los suelos y la aplicación de un calendario agrícola específico del viñedo que conjuga entre otros, los ciclos de poda y cosecha con el calendario lunar. Revisemos en qué consisten cada uno de estos aspectos.
Preparados biodinámicos
El objetivo principal de los preparados biodinámicos es reemplazar el uso de fertilizantes artificiales por elementos del mundo animal, vegetal y mineral que el mismo entorno natural del viñedo otorga y devolverlos a este en pequeñas cantidades.
La composición de los preparados varía según la mezcla de distintos ingredientes (a los que se les asigna una numeración específica a partir del 500) como estiércol, sílice, cuarzo y hierbas medicinales como manzanilla, valeriana, milenrama, ortiga, diente de león, entre otras. Así, se prescinde completamente del uso de fertilizantes, pesticidas y herbicidas de origen químico.
Cada preparado se añade al compost, para fortalecer su calidad, estabilizar los niveles de sus nutrientes y multiplicar la diversidad microbiana. Así, el compost realizado de forma biodinámica ayuda a sintonizar el suelo con todo el organismo que le sustenta, aumentando tanto su vida como la de la materia orgánica.
Los preparados también se pueden agregar a los suelos y plantaciones a través de aspersión, con el fin de otorgar vitalidad y sanación a los cultivos.
Calendario Biodinámico
La agricultura biodinámica concibe tierra, planta, animal, el cosmos y el ser humano en su conjunto como elementos que integran un organismo en movimiento, vivo, donde cada uno ejerce influencia sobre el otro.
En este sentido, la agricultura biodinámica toma en cuenta la influencia que los astros tienen sobre el suelo y la vida vegetal que en él se desarrolla. Esto se expresa en la utilización de un calendario agrícola que considera las fases de la luna para determinar cuál es el momento más apropiado para sembrar, cultivar, podar y cosechar diversos tipos de especies vegetales.
Cada fase lunar posee una intensidad propia e influye en el crecimiento y calidad de los cultivos. Esta influencia se expresa en el ascenso o descenso de la savia hacia las diferentes partes de la planta en cada momento del ciclo lunar.
Por ejemplo, durante la luna nueva, que es la fase donde la luna no es visible desde la Tierra, el flujo de la savia desciende y se concentra en la raíz de la planta. Es un momento de reposo que se puede aprovechar para realizar laboreo de suelos y mantener los cultivos mediante podas y limpiezas.
Beneficios de la agricultura biodinámica para el medioambiente
La agricultura biodinámica tiene un impacto positivo directo en el medioambiente donde se practica.
En primer lugar, promueve la biodiversidad vegetal y animal al preservar las especies del territorio, procurando afectar lo menos posible las relaciones entre estas.
En segundo lugar, establece una relación ética y sustentable con las especies animales al aprovechar su energía y ciclos naturales para potenciar las características del viñedo.
Un tercer beneficio para el medioambiente es la regeneración de suelos de uso agrícola que han perdido su equilibrio por la acción de sustancias químicas y monocultivos producto de la agricultura convencional. Al eliminar el uso de fertilizantes y plaguicidas artificiales, sustituyéndolos por materia orgánica y sustancias inofensivas, se restaura el equilibrio y la conservación de suelos y aguas.